Conocidas como lámparas quirúrgicas, lámparas scialíticas o lámparas de quirófano, son uno de los elementos más importantes de los quirófanos.
De hecho, la luz de un quirófano tiene una gran influencia en la forma en que se llevan a cabo las operaciones, y es uno de los principales factores que determinan el éxito o el fracaso de su operación.
Actualmente hay más de 20 empresas que operan en el mercado de la iluminación quirúrgica. Pero es importante tener en cuenta que cada profesional sanitario es diferente, por lo que inevitablemente cada lámpara también lo será, pero es esencial encontrar un tipo de lámpara quirúrgica que se adapte a todos los que la utilicen.
Las lámparas de quirófano existen desde hace años, pero han evolucionado para satisfacer las necesidades de los centros sanitarios. Pero también han seguido el ritmo de los avances en el sector médico y los cambios en las técnicas quirúrgicas, etc.
Antes de las lámparas quirúrgicas
En el siglo 1800, antes de la aparición de las lámparas quirúrgicas, los cirujanos dependían de las distintas horas del día, las condiciones meteorológicas y las estaciones del año para operar a sus pacientes.
Los cirujanos tenían que elegir las horas precisas en las que los rayos del sol eran lo suficientemente fuertes como para iluminar su campo de operaciones.
Además, la construcción de los quirófanos estaba bien pensada, y los quirófanos se construían en el lado sureste con ventanas en el techo para aprovechar al máximo la luz natural.
Algún tiempo después, alguien tuvo la ingeniosa idea de colgar multitud de espejos del techo del quirófano, para permitir que la luz del sol se reflejara en el campo operatorio. Sin embargo, esta solución sólo paliaba el problema al que se enfrentaban los cirujanos: la luz del día como medio de iluminación, la proyección de sombras proyectadas por la cabeza o los gestos del cirujano sobre el paciente.
Entonces surgió la pregunta: «¿Cómo podemos iluminar el campo operatorio con una fuente de luz sin generar sombras proyectadas ?
El nacimiento de las lámparas de quirófano
Antes de la llegada de las lámparas de quirófano, los establecimientos sanitarios intentaban encontrar soluciones como el uso de simples lámparas colgadas del techo.
Fue a principios del siglo XX, concretamente en 1919, cuando el profesor Louis Verain, de la Facultad de Ciencias de Argel, diseñó un dispositivo de iluminación denominado «SCIALYTIQUE», que ofrecía un campo de luz concentrado y direccional que eliminaba prácticamente todas las sombras proyectadas. La marca Scialytique se ha convertido en un término genérico en el vocabulario hospitalario para designar un tipo de iluminación muy específico.
En los años 60 apareció la primera lámpara halógena patentada por General Electric. Estas lámparas halógenas se utilizan habitualmente en los quirófanos, por su capacidad de producir una luz clara y brillante.
Constan de un filamento rodeado de un gas halógeno, que produce una luz brillante y precisa. Sin embargo, las lámparas halógenas tienen una serie de desventajas, entre las que se incluyen las siguientes:
- Calor: las lámparas halógenas generan mucho calor, lo que puede resultar desagradable para los cirujanos, el personal de quirófano y los pacientes.
- Luz: las lámparas halógenas suelen percibirse como demasiado brillantes, lo que puede dificultar la visión del campo quirúrgico.
- Energía: Las lámparas halógenas consumen mucha energía y electricidad, lo que puede resultar costoso para el hospital.
- Vida útil: Las lámparas halógenas tienen una vida útil relativamente corta, lo que significa que deben sustituirse con frecuencia, lo que puede causar interrupciones en la operación.
Debido a estos numerosos inconvenientes, muchos quirófanos han optado por fuentes de luz alternativas, como las lámparas LED.
Es hora de evolucionar
Hoy en día, hemos dicho adiós a la scialítica y a la lámpara halógena, dando paso a la iluminación LED, que reduce las necesidades energéticas y disminuye el impacto medioambiental.
Los LED se han convertido en el elemento esencial de la iluminación quirúrgica de alta calidad y alto rendimiento, ya que ofrecen una serie de ventajas, entre ellas
- Luz: las lámparas LED generan una luz más uniforme que otras fuentes de luz, lo que permite a los cirujanos ver hasta el más mínimo detalle y realizar sus operaciones con precisión.
- Energía: Las lámparas LED son mucho más eficientes energéticamente que las lámparas tradicionales. Esto las hace más respetuosas con el medio ambiente y económicas a largo plazo.
- Vida útil: Las lámparas LED tienen una vida útil más larga y requieren menos mantenimiento. Esto significa menos tiempo de inactividad para los quirófanos y un uso más eficiente de los equipos.
En conclusión, el uso de lámparas LED en los quirófanos ofrece ventajas significativas en términos de eficiencia, rendimiento y costes a largo plazo.
Al ahondar en la historia de las lámparas de quirófano, hemos podido observar que estos aparatos indispensables para los quirófanos han sabido evolucionar con los tiempos y adaptarse a las expectativas de sus usuarios.
Como actor del sector médico y líder del mercado francés de lámparas de quirófano, el equipo SURGIRIS se mueve a diario por la innovación para ofrecer a los establecimientos sanitarios productos innovadores y eficaces que faciliten su trabajo diario.